En esta crisis inesperada, podemos detenernos y preguntarnos a qué
apuntamos con las tareas escolares ahora y cómo sostener una experiencia
educativa por fuera de la escena grupal. ¿Les está resultando posible a
las maestras y a los maestros acompañar a sus alumnos y alumnas en sus
trayectorias escolares? ¿Es importante la cantidad de tarea? ¿Hay que
cumplir con la misma cantidad de trabajos que se hacen en la escuela?
¿Los contenidos tienen que ser los mismos o necesitamos dar lugar a
temas que nos atraviesan en este momento? ¿Se trata de llenar hojas del
cuaderno o de proponer experiencias que permitan atravesar estos días de
aislamiento físico sin aislamiento afectivo, de tender puentes para que
los chicos se comuniquen, de hacer presente más que nunca el rol
docente?
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